ABIERTO POR VACACIONES


Todo el año ocurre igual pero es ahora cuando parece que se nota MENOS AÚN: más gente, más lío, más follón…y cuanto más - menos educación.

Cientos, miles de personas llenamos todos los días mostradores, bares, restaurantes, hoteles, centros comerciales…nos reunimos todos en “olor de multitud” (en sentido literal a veces), en segundos atestamos los baños, las cafeterías, los supermercados...todos a la vez, sin ningún descanso uno detrás de otro. Y cuando nos vamos…quedan los restos de la batalla, como si hubieran pasado los bárbaros: servilletas, papeles tirados, suciedad por todas partes, toallas usadas, bolsas de plástico tiradas…un espectáculo lamentable.

Sigilosamente empiezan a limpiar, recoger, frotar, fregar...verbos que no gustan a nadie, todos preferimos ensuciar, tirar, manchar...porque sabemos que otros vendrán que nos recogerán todo aquello que –muchas veces- irrespetuosamente ensuciamos.

Si, me dirán, pero si no manchamos los que limpian no trabajan. De acuerdo, pero convendrán conmigo que no hace falta poner tanto empeño y ensuciar con tan mala educación para que esta gente siga teniendo trabajo.

Un trabajo invisible que sólo se nota si no está hecho o mal hecho. El mantenimiento se convierte en un factor higiénico ( si está no pasa nada pero si no está es motivo de queja).

Además de en silencio y ser un trabajo invisible, actúan cuando nadie les ve, solo podemos disfrutar de los sitios, los lugares, las zonas limpias sin saber quién nos hace la vida más agradable.

Desde aquí va nuestra felicitación para todas esas personas que día a día nos permiten estrenar asiento, camas, platos, baños y toda suerte de servicios.

Sin su quehacer diario y su buen trabajo no podríamos disfrutar en ningún sitio.

Gracias visibles a todas esas profesionales invisibles por hacernos sentir bien y limpios.

Gracias, señoras de la limpieza, camareras de habitación, personal de mantenimiento en general por hacernos la vida un poco más agradable.

 

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